Marco no accederá a apoyar a Frei porque se desperfilaría. Ni hablar de apoyar a Piñera. Pero lo que ahora está haciendo considero que es un error. Y lo comete por una ambición torpe. Su figura, más que sólo a su audacia y juventud, se debe al vigor que respiran sus temas, la agenda progresista que logró poner sobre la mesa y que le da sentido a su hidalguía. Pero ahora, en lugar de llevar esta bandera hacia alguna parte, parece creer que lo mejor es cruzársela al pecho. Seguramente piensa en el 2014, porque viéndolo ahora brilla su ambición personalista, para no hablar de vanidad. Al final, triste ironía, podría sucumbir a manos de lo que tanto criticó: el presidencialismo.
En estos días, cuando decide no dar apoyo a ningún candidato porque transaría la lealtad de sus votantes, pretende mantener el apoyo de éstos para su futuro político como candidato. Pero se equivoca. No se trata de él, si no de los cambios que impulsó, esa es su plataforma. En otras palabras, no está bien que ahora se lo vea tratando de fidelizar a sus adherentes mientras mira de brazos cruzados la contienda electoral. Y menos cuando la noticia por el lado de Frei comienza a ser las conversaciones para integrar estos temas. Estoy de acuerdo, no debe dar ningún apoyo a un candidato, pero sí debe hacer lo posible por no aparecer desinteresado de la contienda. Eso revela que él está especulando con la muerte de la Concertación.
En estos días, cuando decide no dar apoyo a ningún candidato porque transaría la lealtad de sus votantes, pretende mantener el apoyo de éstos para su futuro político como candidato. Pero se equivoca. No se trata de él, si no de los cambios que impulsó, esa es su plataforma. En otras palabras, no está bien que ahora se lo vea tratando de fidelizar a sus adherentes mientras mira de brazos cruzados la contienda electoral. Y menos cuando la noticia por el lado de Frei comienza a ser las conversaciones para integrar estos temas. Estoy de acuerdo, no debe dar ningún apoyo a un candidato, pero sí debe hacer lo posible por no aparecer desinteresado de la contienda. Eso revela que él está especulando con la muerte de la Concertación.
En lugar de extender tantos brazos hacia la gente intentando consolidar su fidelidad, debería seguir viéndoselo como real agente de cambio. Ese es el perfil que debe promocionar para sí. Y se promociona con acciones donde aparezca luchando por sus ideas. Acciones donde aparezca como tenaz impulsor de sus grandes aspiraciones para Chile, que parten por eliminar el binominal, una nueva Constitución, reforma tributaria, reforma laboral, elección democrática de intendentes, etc. Si algo debe hacer valer Marco son sus ideas. Ellas son las que pueden seguir dándole posicionamiento. Ellas trascienden esta elección y pueden hacerlo trascender a él como su más fidedigno impulsor. El tipo tiene pasta para un perfil de este tipo, llamémoslo posmoderno: tiene flexibilidad, astucia, sensibilidad y valor. Piñera tiene todos eso menos la sensibilidad, pero queda por ver si acaso MEO demuestra su tenacidad. Si ya está pensando en el 2014 se ve oportunismo, no tenacidad. Se ve egoísmo, entrega para sí, no para el país. Y además se cofirma lo que dijera Aylwin: eso de que para llegar arriba se debe partir desde abajo. Pero MEO parece no querer torcer el rumbo hacia la presidencia. Y hay que torcerlo, hay que trabajar para comenzar a merecer, porque no todo se consigue por ambición, sentido de la oportunidad y manejo mediático. Bueno, Piñera no es la demostración de lo contrario, ni siquiera en los negocios, fértiles por sus rapaces "pasadas".
Las conversaciones que hoy se están abriendo son las ventanas del futuro que la Concertación, si toma y encarna el testimonio y los compromisos que se le ofrecen, podría representar. Son ideales, justo lo que ella parece no tener, al menos a la luz de lo que muchas personas perciben y creen. Cuando alguien se juega por sus ideales, la credibilidad la tiene ganada. Y especialmente cuando esos ideales son anhelados por tantos otros. Esa es la política más digna, la que representa con valor las aspiraciones de las personas. Y estas aspiraciones son casi todas políticas, al menos en el sentido de que buscan emparejar la cancha para una democracia y una igualdad más efectivas. No dudo que todos los que votaron por MEO votaron pensando en esto. Para ellos, para mí, el "cambio" de Piñera no tenía nada que ver con esto, aunque intentara acomodarlo a la mayor cantidad posible de deseos. A estos ideales debe apuntar Frei. MEO tiene una oportunidad allí, en esas conversaciones. No es difícil que aparezcan como conversaciones y no negociaciones si él no da su apoyo a Frei por las razones que ha dicho; otra cosa es por quién vota, pero ese voto puede ser no por un quién sino por un qué: sus propuestas. En ese escenario puede posicionarse ya no vestido con su uniforme para parecer mayor, sino de mangas de camisa trabajando en algo que no sea su candidatura. Eso le hace falta a su imagen. Si no lo hace, los partidos de la Concertación van a comerse sus propuestas y dejarlo sin piso. Otra cosa es si la Concertación pierde. Pero MEO no puede aparecer apostando por perdedor. Además, si lucha por sus ideales, no sólo ganará él, también ganará Frei... gracias a él.
Las conversaciones que hoy se están abriendo son las ventanas del futuro que la Concertación, si toma y encarna el testimonio y los compromisos que se le ofrecen, podría representar. Son ideales, justo lo que ella parece no tener, al menos a la luz de lo que muchas personas perciben y creen. Cuando alguien se juega por sus ideales, la credibilidad la tiene ganada. Y especialmente cuando esos ideales son anhelados por tantos otros. Esa es la política más digna, la que representa con valor las aspiraciones de las personas. Y estas aspiraciones son casi todas políticas, al menos en el sentido de que buscan emparejar la cancha para una democracia y una igualdad más efectivas. No dudo que todos los que votaron por MEO votaron pensando en esto. Para ellos, para mí, el "cambio" de Piñera no tenía nada que ver con esto, aunque intentara acomodarlo a la mayor cantidad posible de deseos. A estos ideales debe apuntar Frei. MEO tiene una oportunidad allí, en esas conversaciones. No es difícil que aparezcan como conversaciones y no negociaciones si él no da su apoyo a Frei por las razones que ha dicho; otra cosa es por quién vota, pero ese voto puede ser no por un quién sino por un qué: sus propuestas. En ese escenario puede posicionarse ya no vestido con su uniforme para parecer mayor, sino de mangas de camisa trabajando en algo que no sea su candidatura. Eso le hace falta a su imagen. Si no lo hace, los partidos de la Concertación van a comerse sus propuestas y dejarlo sin piso. Otra cosa es si la Concertación pierde. Pero MEO no puede aparecer apostando por perdedor. Además, si lucha por sus ideales, no sólo ganará él, también ganará Frei... gracias a él.
MEO no tiene muchas opciones. Su movimiento Copihue suena a patria que sólo se recuerda en día de fiesta..., electoral en este caso. Si sus ideas -que podían convertirse en ideales si él sigue luchando por ellas- se transan en el febril mercado político de estas próximas semanas, su figura quedará convertida en una cáscara, un rostro pincelado por el marketing y sin mensaje claro. En lugar de cruzar los dedos por que pierda la Concertación e intentar transmitir el mensaje -abstracto para el electorado chileno masivo- de ser un representante de una política que escucha y respeta las aspiraciones y decisiones de las personas, MEO, y en esto tiene razón Seguelá, debe ser un actor en la contingencia que más se centra siempre en el país y su destino. Es una oportunidad que no puede dejarse pasar, aunque quede sólo un mes.
Quizás Marco tiene un plan que yo no advierto, pero la pelota que podría estar en sus pies transformándolo en la figura clave de la renovación política hoy, ha comenzando a correr lejos de su actual posición. Peor, ha comenzado a correr sin él. Esto es peligroso por donde se lo mire si quiere mantener vigente su posicionamiento. Sus ideas pueden triunfar sin que se las identifique con él. Si la Concertación, gracias a este oxígeno, lograra reanimar su cuerpo de ideales mientras Marco sigue corriendo con colores propios para el 2014, Marco desaparecerá. Si se preocupa de cuidar su capital obtenido esperando incrementarlo con la muerte de la Concertación -esto recuerda al oportunista Piñera-, sólo se habrá inmolado. Hasta ahora ha perdido su sueldo, pero su capital de imagen conseguido se le puede esfumar de las manos si no lo utiliza para un fin más noble que el que parece tener en vista. Sus adeptos, al menos los que son líderes de opinión, tienen ahora puestas las expectativas en el futuro de las ideas progresistas, no en Marco. Esto lo dice todo.
Lo importante es que sus propuestas reformistas no mueran.
Lo importante es que sus propuestas reformistas no mueran.
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